Las reglamentaciones y los requisitos de homologación vienen creciendo en exigencia, al ritmo del crecimiento del deporte automotor. La FIA preconiza y exige para la indumentaria de los pilotos elevados estándares de seguridad.
Con carácter general, la indumentaria del piloto debe ajustarse a las normas ISO 9151 sobre aislamiento térmico e ISO 15025.2000 (resistencia estructural de las costuras), que afectan a ropa de protección frente al calor y las llamas, y estar de acuerdo con el estándar FIA 8856-2000.
LAS CARACTERÍSTICAS QUE DEBE POSEER LA INDUMENTARIA DE PILOTOS.
Esta indumentaria resistente al fuego consta de diversos elementos. El principal es el mono ignífugo, de una sola pieza y que cubre el cuerpo del piloto, excepto la cabeza, las manos y los pies; debe ser suficientemente ligero, con una arquitectura que favorezca la plena libertad de movimientos y también capaz de favorecer la transpiración.
La correcta vestimenta del piloto son segundos de supervivencia en caso de incendio.
La indumentaria correcta debe soportar la acción del fuego y las altas temperaturas durante los escasos segundos que tiene el piloto para huir del escenario del accidente, antes de llegar a provocar lesiones en la piel.
MATERIALES CON LOS QUE SE REALIZA LA INDUMENTARIA DE PILOTOS.
Como material de base, la ropa resistente a las altas temperaturas y a las llamas se confecciona con un tejido que la química DuPont registró hace treinta años con el nombre de “Nomex”. Otro tejido emparentado es el “Kevlar”. De hecho con una mezcla de ambas fibras se confeccionan las mejores prendas protectoras del mundo: termo-aislantes, ligeras, resistentes a la llama y tenaces frente a la abrasión y el corte.
La estructura de la vestimenta proporciona dos tipos de protección: barrera térmica e ininflamabilidad. Por un lado, las fibras que componen el Nomex son fibras no inflamables.
Por otro, cuando el tejido Nomex es sometido a temperaturas susceptibles de provocar su ignición, se produce una carbonización superficial: el tejido pierde su espesor original, se endurece y crea una capa termo-aislante que supone la última protección, vital, frente a la acción de las llamas y las altas temperaturas.
Junto a su capacidad de aislamiento térmico están sus propiedades de disipación del calor, que impiden la transferencia de energía a las capas interiores. Por ello, a mayor número de capas del mono ignífugo, mayor protección.
ELEMENTOS COMPLEMENTARIOS AL BUZO IGNÍFUGO.
La ropa interior, los calcetines y el “sotocasco”, son prendas complementarias que evitan en última instancia la acción directa de llamas sobre la piel y por lo tanto deben ser siempre ignífugos y estar homologados.
En toda práctica profesional con riesgo, las manos son objeto de una consideración especial. Las manos están especialmente expuestas a la acción del fuego en caso de accidente, si nos ceñimos a la práctica del automovilismo deportivo. Hay por lo tanto una reglamentación específica para los guantes que deben utilizarse en competición.
El calzado es otra prenda de gran importancia en la protección del piloto y por lo tanto debe ser considerado a la hora de adquirirlo.
CONSEJOS FINALES PARA LOS PILOTOS:
Siempre adquirir vestimenta homologada por la FIA; ya que es su vida la que está en juego.
Toda la vestimenta debe ser debidamente cuidadas y acondicionadas para cada carrera según recomendaciones del fabricante.
