miércoles 24 abril 2024
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El “Chino” Garcé: de multicampeón con River y viajar a un Mundial a piloto de la Copa Bora

El “Chino” Garcé, se sumó a la extensa lista de los ex jugadores que cambiaron los botines por el buzo antiflama

Ariel Garcé, nacido en Tandil, se formó en River en donde debutó en 1999 y a partir de ahí puso primera en una carrera en la que pasó por seis equipos del fútbol argentino, tuvo un resumido paso por el Morelia de México, y se dio el gusto de formar parte de la selección argentina en el Mundial de Sudáfrica 2010, pese a no disputar ni un minuto.

Luego de una incursión en 2019, en la Fiat Competizione, el ex defensor se volcó de lleno al automovilismo y hoy corre en la Monomarca Bora en uno de los equipos más fuertes del mundo del Turismo Carretera, el Rus Med Team, que tiene presencia en la octogenaria categoría y sus divisiones promocionales.

“Un amigo me invitó a correr en la Fiat Competizione y me sentí muy cómodo, muy seguro y eso fue lo que me despertó otra parte en el automovilismo. Yo tenía una locura por las motos, pero empecé a tomarle el gusto a los autos. En la Fiat me fue bien, dentro de mi nivel. Estoy aprendiendo y ahora me subí a la Bora. En mi equipo tengo a mi compañero (Maximiliano Vivot) que me lleva y me enseña. Me cuesta, con este auto estoy recién en la cuarta carrera. Me pasaron cosas como quedarme sin frenos o que se me vuele el capot, cosas que suceden en un fin de semana de carrera. Empecé a dedicarme un poco más y estoy entrenando más. Por ahora la búsqueda de resultado no es tan compatible en mí”, explicó Garcé en dialogo con Infobae.

Ya son varios los ex futbolistas que se volcaron al automovilismo. Los Pernía, el Tano Vicente, Leonel y Mariano son los más emblemáticos, y dentro de ellos se suma Bruno Marioni, quien es su concuñado.

“Primero disfruté y después me di cuenta de que si entrenaba podía mejorar. Estoy en el medio de disfrute y resultados. Ahora estoy un poco competitivo y así y todo me falta una cantidad. Pero hay que estar cerca, mostrarse y volver a sentir algo que no es lo mismo que el fútbol, pero genera una adrenalina, una competencia, una exigencia interna y quizá un deportista de alto rendimiento necesita de eso”, afirmó en diálogo con el mismo medio.

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