El piloto de Córdoba se destaca en la Clase 1 pero los buenos resultados obtenidos en la última temporada no son casualidad, ya que desde hace muchos años esa unidad protagonizó importantes carreras.
El Fiat 128 que hoy lo lleva a Juan Valdivia ser protagonista de la difícil Clase 1, fue en principio propiedad de sus abuelos paternos, en 2002 los hermanos Valdivia decidieron adaptar el auto de calles a competición. De inmediato la construcción los llevó a las pistas, en principio en Córdoba Pista y luego en Córdoba Tierra.
La historia es aún más apasionante, al saberse que originalmente ese Fiat 128 recibió preparación de Miguel “Tutano” Vicentini, padre de Ivo, quien actualmente comparte pista con Juan.
Pero las buenas también se contrastaron con las malas y en la temporada 2007, en Villa Del Rosario, en ocasión a una fecha decisiva de automovilismo de tierra compactada, Oscar Valdivia (Padre de Juan) sufrió un fuerte vuelco en esa competencia dejando el auto totalmente destruido, finalizando allí la campaña deportiva, quedando el 128 en desuso durante muchos años.
Sin embargo, la pasión no sabe de impedimentos y con mucho esfuerzo Oscar y ahora sus hijos ya más grandes pusieron manos a la obra en 2011 para reconstruirlo por completo, con trabajos de chapa, y jaula, luego el rearmado.
El taller familiar fue centro de reuniones, mates, calores y fríos además de complementar la labor con el estudio por parte de Juan, que en la escuela técnica fue mecanizando diferentes elementos que luego fueron agregados al auto de competición.
Recién en 2016 el auto se reencontró con una pista, después de 5 años de intenso trabajo y sacrificio familiar, fue a través del equipo MA Motorsport de Mariano Aranda en el cual permanecieron hasta mediados de 2017. Posteriormente vivieron la experiencia del trabajo propio asesorados por Gastón Giordano, etapa cumplida hasta finales de 2018. Finalmente, para el nuevo año Gastón Giordano creó su propio equipo de competición y Valdivia será uno de los representantes del team en la Clase 1.
La historia del Fiat 128 de Juan Valdivia tiene mucho más que un lindo diseño o colores, tiene mano de obra de diferentes generaciones, tiene el empeño familiar y por sobre todo tiene invertidas miles de horas de pasión, la nafta principal que movió, mueve y moverá a esta familia fierrera.
